Cada piedra tiene una
historia: unas proceden de los ríos, ellas rodaron muchos años en las
corrientes. Otras fueron cantos que bajaron por las pendientes de las montañas.
Otras fueron extraídas directamente de las canteras. Todas ellas son diferentes,
pero nos sirven para construir. Podríamos construir un puente y para ello
tendríamos que ajustarlas, limarlas, cortarlas y unirlas.
Nosotros como las piedras
también somos diferentes, pero tenemos cosas en común que nos unen como la
alegría y la amistad. Si sabemos trabajar juntos, ceder en algunas ocasiones,
adaptarnos a los demás, perdonar y convivir en paz haremos cosas grandes y
podremos construir EL PUENTE DE LA FRATERNIDAD. (Samara)
(Kriszta)
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